Educación para el Desarrollo Sostenible: La ruta hacia un mejor futuro – Planeta Sostenible

Educación para el Desarrollo Sostenible: La ruta hacia un mejor futuro

En un mundo cada vez más poblado, lograr un desarrollo sostenible desde las bases mismas de la sociedad es la clave del crecimiento. Tomar acciones e interiorizar este concepto desde la perspectiva ambiental, social y económica es una misión donde la educación está tomando la batuta. Tanto así la UNESCO se ha enfocado en el fomento y promoción de la Educación para el Desarrollo Sostenible, con el objetivo de que los líderes y ciudadanos del mañana desarrollen la habilidad de encontrar soluciones y crear nuevos senderos hacia un futuro mejor.

Bien dice el refrán que “es mejor enseñar a pescar que dar pescado”. Esa quizás es la base de una buena educación, pero un punto especialmente clave cuando se habla de Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) y su rol en el futuro del mundo. Esto porque entrega herramientas a cada ser humano para que adquiera los conocimientos, competencias, actitudes y valores necesarios para forjar una sociedad que se sustente a si misma desde las bases, es decir: las futuras generaciones.

Hablar de sustentabilidad implica la existencia de condiciones económicas, ecológicas, sociales y políticas que permitan su funcionamiento de forma armónica a lo largo del tiempo y del espacio. O dicho en palabras de la Comisión Brundtland en 1987: “El desarrollo sostenible es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades”. Esto debe funcionar tanto entre las distintas generaciones, como en sectores sociales, géneros y ambientes.

¿Cómo lograr que una sociedad sea sustentable desde su mismo interior? La respuesta es igual de simple en su planteamiento como compleja en su ejecución: por medio de la educación.

De acuerdo a la descripción entregada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, entidad que ha tomado este planteamiento como uno de sus pilares los últimos años, la EDS no es un programa o proyecto en particular, sino que es más bien un paradigma que engloba las muchas formas de educación que ya existen y las que quedan por crear. “La EDS atañe a todos los componentes de la educación: legislación, política, finanzas, planes de estudios, instrucción, aprendizaje, evaluación, etc. Hace un llamamiento para el aprendizaje a lo largo de toda la vida y reconoce el hecho de que las necesidades educativas de las personas cambian durante el transcurso de ellas”, manifiesta en su sitio web.

Por eso la EDS no tiene que ver con la adquisición de conocimientos simples, sino con una perspectiva global para crear un desarrollo en el tiempo. En otras palabras, a través de este planteamiento educativo, niños y niñas incorporan temas fundamentales como el cambio climático, la reducción del riesgo de desastres, la biodiversidad, la reducción de la pobreza y el consumo sostenible, aplicándolos de manera autónoma en su día a día.

Para lograrlo, se utilizan métodos participativos que motiven a los alumnos, adquiriendo competencias tales como el pensamiento crítico, la elaboración de hipótesis de cara al futuro y la adopción colectiva de decisiones.

Claro que nada de esto es fácil. De hecho, exige cambios de gran envergadura en los métodos pedagógicos que se aplican actualmente.

El rol de UNESCO
Considerando su rol fundamental de crear condiciones propicias para un diálogo entre las civilizaciones, las culturas y los pueblos fundado en el respeto de los valores comunes, la UNESCO tomó la batuta en este asunto convirtiéndose en la encargada de coordinar el Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible (2005-2014).

“Para hacer realidad el desarrollo sostenible, no basta con aplicar regulaciones políticas y alicientes económicos. Debemos cambiar también nuestros modos de pensar y actuar”, afirmó Qian Tang, Subdirector General de la Educación de la UNESCO, en 2014, al cierre de este Decenio. Durante este lapso de tiempo se generaron progresos considerables en materia de EDS, como la incorporación en numerosos países de estrategias, herramientas y metas de este sistema educativo a sus políticas nacionales de desarrollo sostenible y el aumento de las estrategias nacionales de EDS. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer.

Así, en el marco de la Conferencia Mundial sobre la Educación para el Desarrollo Sostenible realizada en Aichi-Nagoya, Japón el 12 de noviembre de 2014, se formuló un documento con 360 compromisos para apoyar el Plan de Acción Mundial (GAP) sobre EDS (el mapa de todos los compromisos relativos al GAP está disponible en http://www.unesco.org/new/en/gap-esd-commitments). Se trata de una serie de actividades concretas en apoyo de uno o varios ámbitos de acción prioritarios.

“Si el Decenio ha sentado bases sólidas para la tarea, el GAP debe ahora generar y ampliar las actividades durante su primer lustro de funcionamiento. El GAP tendrá por objetivo general hacer que la EDS contribuya de manera decisiva a aumentar la capacidad de resistencia y la sostenibilidad de las sociedades, con lo que se propone realizar una contribución importante a los programas de desarrollo sostenible que se aplicarán después de 2015”, afirmó Qian Tang.

Actualmente el Programa de Acción Mundial de seguimiento al Decenio de Naciones Unidas para la EDS se centra en cinco ámbitos de acción prioritarios:
• Promover políticas.
• Integrar las prácticas de la sostenibilidad en los contextos pedagógicos y de capacitación (mediante enfoques que abarquen al conjunto de
la institución).
• Aumentar las capacidades de los educadores y formadores.
• Dotar de autonomía a los jóvenes y movilizarlos.
• Instar a las comunidades locales y las autoridades municipales a que elaboren programas de EDS de base comunitaria.

Estas conclusiones y las acciones que han surgido posteriormente, serán las protagonistas del Foro Mundial de Educación que se realizará del 19 al 22 de mayo de 2015 en Incheon, República de Corea.

Claro que al margen del esfuerzo global, comandado por la UNESCO, existen las responsabilidades locales. Esto porque un buen planteamiento de EDS implica la consideración del contexto en que se aplica. O en palabras de la doctora Rosalyn Mckeown, expresadas en su libro Manual de Educación para el Desarrollo Sostenible (versión 2, julio de 2002): “La EDS conlleva la idea inherente de implantar programas que sean localmente relevantes y culturalmente apropiados. Todos los programas de desarrollo sostenible que incluyan EDS deberán tomar en consideración las condiciones ambientales, económicas y sociales de la localidad. Como resultado, la EDS tendrá muchas formas distintas en todo el mundo.”

Para una correcta creación y aplicación de EDS en el contexto local, a juicio de la doctora Mckeown, la clave está en la participación de la comunidad. “Los gobiernos y las escuelas deberán crear un proceso para definir qué es la educación para la sostenibilidad con respecto al contexto local. Dicho proceso es desafiante. Requiere de participación pública, donde todos los grupos de interesados de una comunidad examinen cuidadosamente lo que quieren que sus hijos sepan, hagan y valoren cuando abandonen el sistema de educación formal. Esto quiere decir que la comunidad debe tratar de predecir las condiciones ambientales, económicas y sociales que prevalecerán en el futuro cercano y lejano”, señala la experta.

Una tarea difícil pero igualmente desafiante, que nos deja abierta la siguiente pregunta, ¿y en Chile se aplican conceptos de EDS a nivel global? ¿De qué manera? Dudas que motivan a la reflexión, hacen un llamado a replantearse el modo en que estamos visualizando el sistema educativo actual, y que esperamos ir respondiendo en artículos futuros a través de esta misma vía.

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