Poco a poco Sandra Conejeros ha ido dibujando una ascendente carrera en la ilustración nacional, que ahora salta con fuerza fuera de nuestras fronteras gracias a su reciente selección en el Catálogo Iberoamericano de Ilustración 2015, uno de los más prestigiosos a nivel internacional. Conversamos con ella para conocer algunos detalles de su trabajo y su mirada.
En el libro “La Abeja Cristalina y otros relatos” (2013), de Alicia Salinas, publicado por Editorial Planeta Sostenible, el estilo de las ilustraciones de la chilena Sandra Conejeros complementa un relato lleno de movimiento, dulzura y color. Y es que ese es tal vez uno de los rasgos más característicos de su trabajo. “Creo que parte de mi personalidad se impregna en mis personajes, que suelen tener posturas con bastante movimiento y curiosidad”, comenta.
Sandra Conejeros es diseñadora de profesión. Oriunda del sur de Chile, donde nació en 1983, se graduó luego en la Pontificia Universidad Católica, donde conoció el mundo de la ilustración gracias a la chilena Paloma Valdivia cuando cursaba el tercer año de carrera. “Me fascinó”, recuerda y agrega además que su profesora hacía las clases con tal pasión que era contagiosa. “Ese fue el primer indicio de lo que quería hacer”, afirma. El descubrimiento llevó a la especialización, a través de talleres de ilustración (entre otros con Alberto Montt y Francisco Olea), escritura e incluso cursos de pintura japonesa (sumi-e) y un diplomado en ilustración y narrativa autobiográfica (en la PUC).
Al hablar de influencias, sus preferencias abarcan desde música hasta otros colegas. Le gusta dibujar escuchando a Mark Hollis, un músico inglés de los 80s, revisar otros libros y ver películas, ojalá con finales esperanzadores.
La ilustradora chilena Sandra Conejeros.
A lo largo de su historia profesional ha realizado trabajos para el Ministerio de Desarrollo Social (Mideplan, en ese tiempo), con el libro “Cuentos para cantar contigo”. También recibió un premio junto a Editorial Planeta Sostenible por “Nawel, el hijo de los Animales” (2012), al mejor libro editado en categoría infantil, donde participó como diseñadora. “Significó un reconocimiento a un tremendo trabajo editorial que hubo detrás de la publicación de Nawel, un esfuerzo en conjunto con los editores Francisco Bascuñán y Sofía Guerrero, además de la ilustradora Loreto Salinas”, comenta.
También ha participado en exposiciones, tanto en Chile como en Argentina, Ecuador e incluso en una muestra colectiva realizada en Polonia en junio de 2011. “Si bien no viajé físicamente, significó llevar mi trabajo a otras fronteras y darlo a conocer a otro público”. Y este año se sumó otro hito, al ser elegida como parte del Catálogo Iberoamericano de Ilustración 2015, creado para fortalecer el trabajo de difusión y la generación de redes iberoamericanas en torno a este tema. En él de entre 788 provenientes de 19 países que participaron en la convocatoria, fueron seleccionados 33 ilustradores.
“Profesionalmente una gran satisfacción porque mi trabajo será exhibido a nivel internacional, y también porque el jurado estuvo compuesto por profesionales a los que admiro mucho. Y personalmente una gran alegría porque presenté una serie de ilustraciones, donde usé una técnica y cromática distinta a lo que uso generalmente, con una historia de mi autoría”, afirma y agrega que “en general, este tipo de reconocimientos son alegrías que dan más energías para continuar trabajando, día a día, en lo que nos apasiona”.
¿Y a futuro? Sandra es clara en visualizar un futuro simple y dulce: estar ilustrando siempre, ojalá junto a una taza de café.
