En el nuevo Mapa Biogeográfico de las aves de Chile, de Planeta Sostenible, las distintas especies aladas del país brillan gracias a las ilustraciones de Daniel Martínez. Conocido por su trabajo representando el reino animal, comenta que nunca ha dejado de observar lo que, a su juicio, es el mundo real: la naturaleza en toda su expresión. Es por eso que su búsqueda ha sido siempre intentar transmitir esa vida en cada trazo realizado.
Es difícil encontrar un momento clave en el que la vida te muestra un camino a seguir. Mirando hacia atrás, el ilustrador chileno Daniel Martínez, piensa que ese punto de inflexión pudo ser cuando encontró un libro en la biblioteca de su colegio. El ejemplar era “Las Aves de Chile”, de Rafael Housse. “Al leerlo tuve claro lo que quería hacer: salir al cerro, a las playas, a los campos, dirigir mi mirada a todo lo que fuese natural, las aves por supuesto, pero también plantas, reptiles, todo lo que hay allá afuera más allá del plástico y del cemento”, recuerda. Durante cuatro años fui el único alumno que saco ese libro para llevarlo a casa”.
Esa intención ha marcado la carrera de Daniel Martínez, a tal punto que hoy en día se define como “un naturalista del siglo XIX”. Licenciado en Artes de la Universidad de Chile con mención en pintura, como estudiante tuvo la oportunidad de aprender de importantes artistas como Lea Kleiner en acuarela, Jaime León en dibujo y el Premio Nacional Gonzalo Díaz, quien además fue su guía en el proceso de titulación. “ A pesar de no ser el objetivo de la carrera en la formación de sus alumnos yo busqué siempre, conscientemente, perfeccionar mi dibujo y aprender técnicas de pintura en términos objetivos, nunca me interesó formarme como “artista”, palabra que me gusta muy poco….Mi formación ha sido rigurosa y profesional”, afirma.
Su carrera ilustrando aves comenzó en algunas publicaciones independientes de divulgación. Un hito importante vino en 2004, cuando luego de casi ocho años de trabajo, publicó junto a Gonzalo González “Las aves de Chile, nueva guía de campo”. “Esa sigue siendo la única publicación hecha en Chile que abarque bajo el esquema de una guía de campo, todo lo que hasta esa fecha se sabía de aves. Fue la primera en mostrar a todo color la variabilidad de las especies no solo en su estado adulto sino que además juveniles, subespecies, posadas y en vuelo, entre otras”.
Asegura que sus influencias a la hora de trabajar son muchas y diversas. Durante su formación universitaria se sentía más atraído, comenta, por aquellos artistas que representaban “la realidad”, con obras que reflejaban lo que veían los ojos del artista, “más que su cabeza”. Por nombrar algunos, cita a Velázquez, Monet, Gauguin, y en Chile la obra de Juan Francisco González, Valenzuela Puelma, Pedro Lira, entre otros. Ahora bien, al referirse a su área de interés, las aves, menciona sin dudar a John James Audubon, considerado como el primer ornitólogo de América, y a David Sibley, “para mí el Velázquez de las aves”.
A la hora de trabajar, Daniel Martínez explica que su clave es la observación. “Yo no salgo sin mis binoculares y mientras camino por mi barrio a comprar el pan o por una ladera semidesértica en la precordillera, llevo la misma actitud, observar a los animales, llenar mi retina con sus formas, colores y actitudes. Para mí, y sé que para muchos que comparten esta pasión por el paisaje, es casi una actitud religiosa”, asegura.
Luego viene el proceso de trabajo en sí, con todas sus complejidades. Por ejemplo, apunta, llevar a un soporte bidimensional un animal requiere de estudio y práctica, por ejemplo la “anatomía de animales, la estructura de las plumas de las aves, las infinitas formas de las plantas”. Además, agrega, hay que sumar detalles no menores, como la actitud del animal, el gesto, la pose: “Puedes colorear muy asertivamente una ilustración de un ave o un reptil, pero si la ‘estructura’, la forma, no es la correcta, no va a funcionar, y si finalmente la actitud no es la del animal ‘en vida’, puede quedar cualquier cosa”.
De esta forma. Daniel Martínez ha construido una carrera dando otro tipo de vida a aves y seres vivos, a través de lápices y colores, apoyando de esta forma el conocimiento de estas especies con imágenes. Sin embargo, para él es importante mantener la conexión con la base real de su trabajo: “Vivimos observando imágenes, miles de ellas, de todo y todas partes. Es una actitud cultural eso de “a ver”. Pero la imagen es una irrealidad, hay que volver al cerro, al paisaje”.
¿Y a futuro? El ilustrador está lleno de proyectos y considera que, para su satisfacción, hay mucho que hacer. Por ejemplo, es el autor de todas las especies de aves que conforman el recién estrenado Mapa Biogeográfico de las Aves de Chile realizado por Planeta Sostenible. Además está involucrado en el estudio de los reptiles chilenos, y una guía de los mamíferos chilenos en proyecto. “Quiero que mi trabajo lleve a las personas al paisaje natural, y que den la espalda al mundo artificial e irreal que estamos construyendo en torno a nosotros, como una jaula cuya puerta cierra el propio canario”, concluye.