El tema del Día Mundial del Agua 2017, celebrado el 22 de marzo, fue “Aguas residuales, ¿por qué desperdiciar agua?” Un tema que busca despertar conciencia sobre la reducción y reutilización de las aguas residuales.
¿Cuánto tiempo pasa bajo el agua de la ducha? ¿Dónde va a parar esa agua? ¿Y si en lugar de perderla se reutilizara? En el último tiempo el correcto uso de las aguas residuales es un tema que ha adquirido cada vez más peso. Prueba de esto es la edición de 2017 del Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos de las Naciones Unidas, que plantea que en lugar de eliminarlas o ignorarlas, es importante gestionarlas.
Bajo el título “Aguas residuales: el recurso no explotado”, el documento de la UNESCO busca informar a los encargados de la adopción de decisiones, al gobierno, a la sociedad civil y al sector privado acerca de la importancia de gestionar las aguas residuales como una fuente infravalorada y sostenible de agua, energía, nutrientes y otros subproductos recuperables. De este modo, con una planificación a gran y pequeña escala, se pueden lograr beneficios sociales, ambientales y económicos esenciales para el desarrollo sustentable.
Una gestión crucial además para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible sobre agua potable y saneamiento (ODS 6), en cuanto mejorar la calidad del vital elemento, reducir la contaminación, eliminar los vertidos y minimizar la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reducir a la mitad el porcentaje de aguas residuales no tratadas y aumentar sustancialmente el reciclaje y la reutilización segura del agua. Y junto con esto, ayudaría a lograr otros objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Según datos de la UNESCO, se estima que en el mundo más del 80 por ciento de las aguas residuales (más del 95 por ciento en algunos países en desarrollo) se vierte al medio ambiente sin ningún tratamiento. Un grave problema si consideramos que esta situación lleva, por ejemplo, a que la contaminación del agua en la mayoría de los ríos de África, Asia y América Latina sea cada vez peor. Tema que tiene consecuencias directas en el hombre. Sin ir más lejos, en 2012 se registraron más de 800.000 muertes en el mundo a causa del consumo de agua potable contaminada e instalaciones para el lavado de manos y servicios de saneamiento inadecuados.
Por otro lado, cada vez son más las zonas muertas desoxigenadas en mares y océanos, a causa del vertido de aguas residuales sin tratar, lo cual afecta a los ecosistemas marinos en una superficie de 245.000 km2, con repercusiones en la industria pesquera, medios de subsistencia y cadenas alimenticias.
“Para poder maximizar el potencial de las aguas residuales como recurso valioso y sostenible será necesario crear un entorno propicio para el cambio. Esto incluye la creación de marcos jurídicos y regulatorios adecuados, mecanismos de financiamiento pertinentes y aprobación social. Confiamos en que, si existe voluntad política, podremos superar en forma rápida y eficiente, los obstáculos presentes, como la falta de conocimientos, capacidades, datos e información sobre aguas residuales”, comentan en el prefacio del documento Stefan Uhlenbrook, Coordinador del WWAP, y Richard Connor, Jefe de redacción.
El tema cobra aún más importancia si consideramos que en 2030, se espera que la demanda mundial de agua crezca un 50 por ciento, y que en 2050 cerca del 70% de la población mundial vivirá en ciudades, en comparación con el 50% actual. Esto puede ser tanto un problema, como una gran oportunidad para mejorar la gestión de las aguas residuales, una fuente asequible y sostenible de agua, energía, nutrientes y otros materiales recuperables.
La situación en Chile
Según un estudio sobre los impactos económicos del cambio climático en Chile realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), afirma con respecto a las precipitaciones, que habrá una disminución en torno al 30% hacia fines de siglo entre las regiones de Valparaíso y de Los Lagos. En la zona norte los efectos no son claros, mientras que en Magallanes se esperarían incrementos sostenidos de las precipitaciones.
Un camino para enfrentar la reducción de recursos hídricos y disminuir la contaminación ambiental generada por el mal manejo de aguas contaminadas, es justamente el sistema de tratamientos de aguas residuales, que en Chile fue implementado el año 2000 a través del Decreto Nº 90 que regula el curso de aguas y superficiales al mar. En el caso de los residuos industriales, el 2002 apareció una norma que regula las descargas hacia aguas subterráneas mediante obras de infiltración.
En cuanto al tratamiento de aguas servidas, en 2013 se logró la cobertura total. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer, como mejorar el tratamiento de residuos en el sector rural.
Si bien existen iniciativas destacables, como el sistema Tohá desarrollado en los años 90 en la Universidad de Chile, que debe su nombre a quien encabezó la iniciativa, el Doctor José Tohá. Un proceso que utiliza un filtro percolador compuesto de diferentes estratos filtrantes y lombrices.
El tema también es abordado por la Política Nacional para recursos Hídricos presentada en 2015, en la que destaca entre otros puntos, la creación de una nueva cultura en uso eficiente de los recursos hídricos y la promoción de la reutilización de aguas servidas (tratadas) “proveniente de las plantas de tratamiento para lo cual se estudiarán cambios legislativos para definir la situación de la propiedad de dichas aguas. Esta iniciativa podría permitir inyectar las aguas tratadas en el sistema de canales, favoreciendo el riego y cumpliendo la normativa chilena (NCh 1333)”.
Esto con el fin de aumentar la eficiencia en el uso del recurso y lograr una mayor disponibilidad de agua para riego, entre otros beneficios.
Por otro lado, se plantea la incorporación de cambios regulatorios destinados a las nuevas construcciones inmobiliarias (edificios y condominios), para incorporar mecanismos que permitan separar las aguas grises de las aguas negras, de manera de reutilizar las aguas grises provenientes del uso doméstico, para el riego de áreas verdes. Algo similar se plantea en las viviendas sociales, donde se incorporaría en su presupuesto de construcción sistemas de separación de aguas.
Un tema que queda planteado y que, sin duda, no solo depende de las autoridades y entidades de gobierno, sino también en las personas y en el correcto manejo que le den a un recurso tan crucial para la vida como lo es el agua.
Notas:
El informe completo se puede descargar en inglés, francés y español en el siguiente enlace: http://www.unesco.org/new/es/natural-sciences/environment/water/wwap/wwdr/2017-wastewater-the-untapped-resource/
La normativa de recursos hídricos se puede descargar en el siguiente enlace: http://www.interior.gob.cl/media/2015/04/recursos_hidricos.pdf