La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FILG) es una experiencia superlativa, lo que se hace más claro si la comparamos con nuestra raquítica FIL Santiago -si es que aún existe-. Cientos de miles de jóvenes y adultos (se habla de un millón de personas) abarrotan los pasillos, haciendo a veces imposible caminar.
Por otro lado, 20.000 profesionales del libro complementan la venta de libros al menudeo, constituyendo este encuentro un segmento fundamental para los acuerdos de compra y venta de derechos que implica, bien orientado, una posibilidad de intercambio cultural gigante.
India, ubicada en la plaza central, aparece con todo su cine boliwoodense, su música y danza ancestral, un equipo de negociadores con cientos de años de experiencia en el intercambio de bienes y por supuesto una oferta de libros llenos de contenido y sabiduría.
En este escenario, Planeta Sostenible instaló su stand por primera vez en este evento editorial, seguramente el más grande de Hispanoamérica. Exhibimos nuestro catálogo completo, difundimos nuestros autores e ilustradores. Recibimos ofrecimientos para la compra de derechos de algunos de nuestros libros y empezamos a implementar un equipo editorial mexicano-chileno con periodistas, agentes de derechos, vendedores y distribuidores, para comenzar a coeditar en el país azteca. Con el apoyo de ProChile, participamos en el salón del comic, exhibiendo nuestros últimos libros ilustrados.
A nuestro juicio es fundamental realizar alianzas editoriales sur-sur, y romper esa unidireccionalidad de que somos objeto muchas veces por parte de las editoriales europeas, en especial españolas, que nos inundan de libros, muchos de ellos ajenos a nuestras realidades e impidiendo, a través de un duopolio de hecho, una reciprocidad justa, esto es que nuestros libros y autores también puedan salir y exportarse. Por supuesto que no estamos en contra de que lleguen libros extranjeros, pero sí estamos en contra que solo seamos sujetos pasivos en la cadena del libro (consumidores) y sea extraordinariamente difícil poder exportar nuestros propios libros y mostrar nuestros autores y saberes.
Mención aparte hay que hacer respecto al libro Chile despertó. El estallido social contado por las murallas de la zona cero, de Sebastián Olivari, coeditado por Planeta Sostenible y S Editorial, que fue el más solicitado durante la Feria, pues en definitiva lo que querían saber los medios mexicanos era lo que había pasado en Chile, el país estrella, el país OCDE, y cómo un supuesto oasis se convertía en un “infierno”. Para esto nos dimos todo el tiempo para explicar nuestro punto de vista respecto a cómo la movilización social implicó que el poder constituyente volviera al pueblo, pues la constitución vigente era hija de la dictadura y por tanto completamente ilegítima. Además, que el modelo que ella plantea no ha permitido un crecimiento sostenible, es decir, con equidad social y protección ambiental. Tal desigualdad fue la que generó, a nuestro juicio, la violencia. Hablar de ello nos pareció una obligación mucho más importante que hablar de tal o cual libro que se exhibía o presentaba.
En este contexto, habrá que seguir buscando soluciones para que la bibliodiversidad se mantenga; para no monodepender de las compras estatales; para descolonizar la mente; para que la entrada de libros extranjeros tenga como contraparte lógica la venta de libros de Latinoamérica y el Caribe hacia el Norte.
Crear alianzas editoriales sur-sur es una medida fundamental; internacionalizar las editoriales con el apoyo firme de ProChile es otra. Pero hay muchas más que habrá que seguir discutiendo en el marco de la Política Nacional del Libro
Pero este 2020 permitirá una discusión mayor, en el marco de la nueva Constitución que Chile se dará, como consagrar, por ejemplo, el Derecho a la Cultura entre las garantías constitucionales, entendido tal derecho como la garantía que se adoptarán y aplicarán políticas destinadas a proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales, basadas en procesos y sistemas de gobernanza informados, transparentes y participativos (Convención sobre la diversidad cultural). Esperamos saber aprovechar esta oportunidad.