Doctor José Maza Sancho: “Hay algo profundo en nuestra manera de entender el Universo” – Planeta Sostenible

Doctor José Maza Sancho: “Hay algo profundo en nuestra manera de entender el Universo”

“Somos polvo de estrellas”, afirma el Doctor José Maza, Premio Nacional de Ciencias Exactas 1999, en su último libro, publicado en 2017. Conversamos con el destacado astrónomo chileno sobre esta idea, también de materia oscura, supernovas, su fascinación por el Universo y las lecciones que le han traído tantos años de investigación y observación del espacio infinito que nos constituye y que nos rodea.


Nacido en Valparaíso en 1948, remontándose a los orígenes de su interés por la observación del espacio exterior, la primera imagen que recuerda José Maza Sancho es la aventura de Yuri Gagarin y los viajes espaciales que colmaron las noticias de mediados del siglo XX en el mundo. En 1961, como estudiante del Internado Nacional Barros Arana, comenzó a interesarse en los viajes Luna, comenzando así una carrera que lo llevaría a ganar el Premio Nacional de Ciencias Exactas en 1999, por su contribución al conocimiento de la velocidad de expansión del Universo y a la determinación de la geometría del Universo a gran escala.

Un camino que lo ha conducido también a estudiar las supernovas, la llamada energía oscura y la telescopía robótica, y que comenzó cuando en 1964 ingresó a la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile. En 1966 tomó los primeros cursos de astronomía impartidos por dicha Casa de Estudios, obtuvo el grado de Magister en 1975 y el de Doctor en 1979, ambos con mención en Astrofísica, en la Universidad de Toronto, Canadá. Además de docente e investigador, es autor de numerosos trabajos de investigación publicados en revistas internacionales, junto con libros de divulgación científica.

Una labor a la que se ha dedicado, convencido de la importancia de la educación para el desarrollo. “Yo me siento muy agradecido de las oportunidades que me ha dado este país, porque si bien me ha costado, las oportunidades me las dieron (…) Creo que quiero honradamente mucho a mi país, y creo que la educación es la palanca de desarrollo. Y es necesario iniciar la motivación en la educación en etapas tan tempranas como sea posible”, afirma.

En ese sentido, agrega, es clave hablarle de ciencias a niños que empiezan su etapa escolar, para despertar el “bichito de conocer más, de hacerse preguntas, donde la astronomía puede muy bien servir de vehículo para ir abriéndole espacios mentales a los niños”. Porque la información, asegura, es una herramienta clave para salir del subdesarrollo: “Necesitamos cultivar todos estos diamantes en bruto que tenemos en cerca de 15 mil colegios en Chile. La educación es un tema muy serio, estoy en total desacuerdo con que los gobiernos se sientan orgullosos porque hay 60 colegios de excelencia. 60 colegios de excelencia en un universo de 12 mil colegios es una meta muy mezquina, vamos a educar bien al 0,5% de la población, ¿y el otro 99,5 % lo estamos educando mal? Creo que no es una razón para sentirse orgullosos. Hay que aspirar al 80, 90% y ojalá al 100%. Hay que educarlos bien”.

 

Supernovas, expansión del Universo y el origen de la vida

Cuando el Doctor Maza formó parte del proyecto Calán – Tololo, a mediados de la década de los 80 (junto a otros próceres de la astronomía, como el Doctor Mario Hamuy), se lograron conclusiones importantísimas, como el de la aceleración del Universo y la existencia de la energía oscura, que constituiría el 70% del Cosmos. Un descubrimiento que generó mucho impacto, porque hasta entonces la física consideraba que en el espacio exterior solo actuaba una fuerza, la de gravedad, que atraía a los elementos y, por ende, frenaba la expansión.

“Resulta que la expansión del Universo se está acelerando, por lo tanto hay una segunda fuerza que se opone a la gravedad y que le está ganando, que sería la fuerza de repulsión”, explica el Doctor Maza y agrega: “Entonces hay algo profundo en nuestra manera de entender el Universo, la Naturaleza, las leyes de la física… este experimento nos dice que nuestra física está incompleta”. Esto, porque si el 70% de energía del Universo es asociada con el vacío, esa energía es la que produce la repulsión.

“Yo creo que el hombre ha ido sacándole los secretos a la Naturaleza lentamente. Las leyes de Newton, de Maxwell, la mecánica cuántica, la relatividad. Este es un paso más en esa pesca, donde uno tira un anzuelo a la Naturaleza y de repente ella nos muestra un comportamiento que no corresponde con el marco mental que teníamos para interpretarla”, afirma.

Este descubrimiento, señala, generó un nuevo desafío: ver la física que se encuentra detrás de esta repulsión, de esta otra fuerza que se opone a la gravedad y que hace que el Universo se esté acelerando. Lograr una ecuación para comprender el fenómeno.

En esta línea otro punto que se ha investigado es la llamada materia oscura.

Pero partamos desde un principio. Lo primero que podemos observar en el Universo son las estrellas, porque son materias que emiten luz. Éstas giran alrededor de galaxias, atraídas por la fuerza de atracción gravitatoria desde el centro de las mismas (como si existiera un cordel que las uniera al centro). El Universo está lleno de galaxias que giran, porque si las estrellas no hicieran ese movimiento, caerían al centro movidas por la fuerza de gravedad.

“Por la forma en que se mueven las cosas más periféricas de una galaxia, las que están en las partes más remotas, uno puede calcular la masa de lo que hay adentro, la fuerza con la que lo están tirando, y uno llega a la sorprendente conclusión que a medida que uno se aleja de una galaxia la fuerza se mantiene bastante constante. A pesar de que la materia que uno ve está disminuyendo mucho. La luz de la galaxia se está apagando para afuera, sin embargo las pocas cosas que hay, se están moviendo muy rápido”, argumenta.

Este descubrimiento llevó a los científicos a determinar que en la periferia del Universo hay muchas toneladas de materia que tienen masa, pero que no emiten luz. Por eso se llamó materia oscura. Un elemento que no se sabe con certeza qué es, pero que existe.

En su último libro “Somos polvo de estrellas” (Editorial Planeta, 2017), el Doctor José Maza aborda este y otros temas, como una forma, asegura, de hacer una provocación intelectual al lector, invitarlo a hacerse preguntas y comprender que todos los átomos que componen nuestro cuerpo provienen de las estrellas.

“He estado desde mucho tiempo dándole vuelta a estas cosas, que la Tierra, que es muy pequeñita, gira en torno al sol, que también es una estrella pequeña, y que junto con 200 mil millones de otras estrellas constituyen un sistema grande que se llama Vía Láctea. Y nosotros mismos estamos conectados, con todos nuestros átomos, con todas las estrellas de la Vía Láctea. No con las estrellas que uno ve, sino con las que existieron antes, que explotaron y liberaron elementos químicos que procesaron, los que están hoy día aquí”, argumenta.

Bajo esta perspectiva, estaríamos conectados de alguna manera con 100 mil millones de estrellas, o más. Muchas de ellas, incluso, provenientes quizás de otras galaxias. Estrellas ya muertas, que explotaron en una supernova expandiendo componentes por el Universo, elementos que cayeron a un sistema de ocho planetas en formación girando alrededor de una pequeña estrella y que provocaron la formación en la Tierra, no solo del ser humano, sino de cerca de 8 millones de formas de vida. Una mirada que, destaca el Doctor José Maza, “da una visión de que somos una parte pequeñísima, pero de un todo mucho más grande”.


Jose-Maza

Doctor José Maza, Premio Nacional de Ciencias Exactas 1999.

RECUADRO:

Un impulso para la ciencia en Chile

Como Premio Nacional de Ciencias Exactas 1999, el Doctor Jorge Maza tiene una visión crítica y concreta con respecto a la necesidad de dar un mejor impulso a la Ciencia y Tecnología de nuestro país. Esto porque, entre otros puntos, considera insuficiente la inversión del 0,4% del PIB que actualmente se realiza: “Los países que se están desarrollando rápido, e incluso los que ya están desarrollados, invierten entre el 3 y el 4% del PIB. Por lo tanto Chile tiene que pensar en multiplicar por 10 su inversión (…) Quizás administrando mejor se pueden lograr pequeños avances, pero además Chile tiene una comunidad de 6 mil científicos y Finlandia tiene 60 mil, es decir 10 veces más, y es un tercio de la población de Chile, entonces Chile tendría que tener 180.000 científicos si tuviéramos la cantidad que tiene Finlandia por cada millón de habitantes. Crecer así le crecería la cara a este país, por cierto”.

Por otro lado, para crear un Ministerio de Ciencia, comenta, primero es necesario aumentar los recursos destinados al área, de lo contrario la formación de este organismo sería incluso contraproducente, porque utilizaría los pocos fondos que hoy existen para la Ciencia y tecnología en el país. “El Ministerio de Ciencia y Tecnología es el desde, es el punto de partida, es una condición necesaria pero es para nada suficiente, hay que invertir 10 veces más”, recalca.
En este camino al desarrollo, agrega, es fundamental también reforzar la educación: “Necesitamos que aprendamos a pensar bien, todos. Hay que generar un círculo virtuoso que parte en la ciencia, va a la tecnología, a innovaciones y eventualmente innovaciones que se pueden llevar a industria y empresas. Chile no puede conformarse con importar todo desde afuera y aquí no hacer nada”.

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