Un viaje, un registro, una mirada a Chile con ojos de extranjero. Compartimos la bitácora fotográfica del recorrido por nuestro país del italiano Simone Rinaldi.
Romano de nacimiento y vida, Simone Rinaldi, lleva años viajando por el mundo. Medio Oriente, América del Sur, Asia, Europa, son algunos de los lugares que ha conocido en sus recorridos. Armado con ansias de acercarse a las distintas idiosincrasias para entenderlas, y una cámara fotográfica, ha podido plasmar varias de sus apreciaciones a través de imágenes evocadoras.
En diciembre de 2016, luego de años planeándolo y un intento fallido en febrero de 2010 (debido a la suspensión de vuelos luego del terremoto de ese año), concretó un sueño anhelado por mucho tiempo: viajar a uno de los rincones más australes del mundo, Chile.
“Hace años que quería visitar el país más largo del mundo. Por fin ese día ha llegado, 25 de diciembre de 2016, ¡me voy con Claudia a Chile!”, mencionó Rinaldi, quien estudió Ciencias Políticas en la Universidad Sapienza de Roma y que ha desarrollado una carrera paralela y autodidacta en el campo de la fotografía.
¿Y cómo se ve Chile en los ojos de un romano? Compartimos una breve bitácora de la primera parte del viaje junto a su novia, Claudia Tomassetti, que incluyó la capital, Santiago, Valparaíso, San Pedro de Atacama, Chiloé, las regiones de Los Lagos y de Los Ríos.
Santiago y Valparaíso
Salimos de Roma justo después haber sabido que acababa de haber un terremoto fuerte en Chiloé. Un poco preocupados fuimos al aeropuerto y el primer susto real fue la lista de espera… no habiendo pasaje seguro tenía que esperar que hubiera espacio en el avión. Claudia al final tuvo que irse para el embarque. Hasta el último momento no supe si yo podría viajar, hasta que por fin me encontraron un asiento y subí corriendo para alcanzar a mi Claudita. Nuestro viaje empezaba… dentro de 15 horas llegaríamos a Santiago de Chile.
Estamos cansados, pero muy emocionados. La capital de Chile nos acoge con lluvia, lo que no está nada mal considerando que normalmente hay un calor casi inaguantable en esta temporada. Santiago no es Roma, por supuesto, pero el cambio cultural no es tan fuerte.
Luego de descansar un poco en nuestro alojamiento en barrio Bellas Artes, salimos para visitar el Cerro Santa Lucia, el centro, Plaza de Armas, Palacio de la Moneda y cenar en el barrio Lastarria. Santiago nos gusta… aunque no mucho la cuenta del restaurante.
Al día siguiente emprendemos rumbo al museo Precolombino, barrio Brasil y el Museo de la Memoria donde nos reunimos con una querida amiga de Santiago. Visitamos el museo, un viaje horroroso de una de las páginas más tristes de la historia mundial…muy emocionante y cansador a nivel moral. Luego comemos en el mercado central, vamos al barrio Bellavista, visitamos la Chascona (casa de Pablo Neruda) y cenamos con la familia de nuestra amiga en casa de los padres. El momento más bello e interesante de todo el viaje, hablar con gente del lugar, escuchar historias, compartir experiencias.
Un capítulo aparte merece mi visita a Villa Grimaldi. Un día de mucho calor, entré y no había prácticamente nadie. En la entrada empieza un recorrido numerado, etapas con lugares y testimonios de lo que pasó durante la dictadura. Es un lugar triste, donde en seguida te das cuenta de una atmósfera pesada y donde se nota que algo inhumano ocurrió. No obstante todo esto, es un lugar abierto y bien curado, con céspedes verdes, algo que te tranquiliza de una forma, donde percibo también una energía positiva, una fuerza que moldea ese lugar que lo trasforma en un lugar de paz y recuerdo! No es fácil describirlo…hay ambas cosas, percibo las dos sensaciones, aunque claro una es más fuerte de la otra.
Al día siguiente salimos en bus para Valparaíso. Cerro Alegre, Plaza Sotomayor, Muelle Prat, Paseo 21 de Mayo, Cerro Bellavista, museo a Cielo Abierto, la Sebastiana. Valparaíso es una ciudad única, nos gusta mucho … los colores, la energía, el arte por las calles, un lugar donde se nota todavía una fuerte identidad de ciudad portuaria y de frontera.
SANTIAGO
VALPARAÍSO
Del calor al frío
De Valparaíso emprendemos vuelo a Calama, donde nos damos cuenta de que algo nos sentó muy mal. Muy enfermos, decidimos intentar el viaje de todos modos. Hechos polvo salimos la mañana temprano y medio muertos llegamos alrededor de las 17:00 horas a San Pedro de Atacama. Me tumbo en la cama y me levanto dos días después. Solo pudimos recorrer un día, pero aún así valió la pena… Visitamos San Pedro, el Salar y el Valle de la Luna… ¡lugares increíbles! Merecía la pena hacer este esfuerzo aunque fuera solo para ver el atardecer en el Valle de la Luna.
Al día siguiente seguimos ruta hacia otro mundo: Puerto Montt y en seguida Chiloé. Colores, clima, paisajes, gente, atmósferas totalmente diferentes. Un shock cultural y ambiental…positivo obviamente. Hace un poco de frio y llueve, pero felices recorremos en coche la isla, encantados con su magia, su gente especial, sus paisajes encantadores.
Luego pasamos a la región de Puerto Varas, de Puyehue y de Puerto Fuy. ¡Una maravilla! Lagos, ríos, volcanes, animales, colores, comida rica.
Pero desafortunadamente nuestro viaje juntos se acaba, Claudia vuelve a Roma y yo sigo rumbo al sur, con lo que será la segunda parte de mi viaje por Chile.
SAN PEDRO DE ATACAMA
CHILOÉ
REGIÓN DE LOS RÍOS Y REGIÓN DE LOS LAGOS