Espiritualidad y Medio Ambiente – Planeta Sostenible

Espiritualidad y Medio Ambiente

Con una historia ligada al derecho medioambiental y el desarrollo de una nueva mirada hacia el ecosistema, el abogado y director del proyecto Planeta Sostenible, Juan Francisco Bascuñán, se refiere a la importancia que tiene para él y la editorial, el desarrollo de una conciencia más unida a la Naturaleza.

En el trabajo que realizamos con la editorial y proyecto Planeta Sostenible, todos los días nos preguntamos por qué si las predicciones científicas oficiales de las Naciones Unidas hablan de un deterioro irreversible al medio ambiente, los seres humanos no somos capaces de cambiar nuestras acciones y revertir ello.

Y hay que tener presente que el deterioro del medio ambiente no solo afecta a una especie o ecosistema en particular, sino que profundiza las desigualdades y la pobreza en el mundo: el mal más importante que nos aqueja como sociedad global.

A veces se nos olvida que la diversidad biológica es fundamental para mantener los servicios ambientales que presta la naturaleza, como el aprovisionamiento de agua, la regulación del clima, la prestación de servicios culturales y espirituales, la producción primaria de recursos, entre otros.

En materia de salud por ejemplo, la conservación de las plantas medicinales es fundamental, pues la mayoría de la atención primaria en salud en el mundo se hace en base a la medicina tradicional, que utiliza esta flora como materia prima.

En materia de alimentación, el 80% de las personas más pobres en el mundo depende de la biodiversidad para su subsistencia.

La protección de la naturaleza, superación de la pobreza, la seguridad y paz son prioridades mundiales íntimamente ligadas.

Entonces…

Hacemos y hacemos reuniones internacionales gigantes, gastamos millones en traslados de funcionarios internacionales: grandes cumbres, pequeños acuerdos. Pero el mundo continúa su deterioro.

¿Qué ocurre? ¿Estamos buscando la llave en el lugar equivocado? Para nuestro equipo, la crisis ambiental parece estar relacionada íntimamente con el dominio unilateral de la conciencia dual, de la mente lineal, mecanicista, esa mirada que nos muestra ilusoriamente que no somos parte de la naturaleza sino que estamos fuera de la misma. Aquella que establece una diferencia entre yo y el medio. Entre el sujeto que conoce y el objeto conocido.

Por oposición a la mente dual, hablamos de la conciencia no dual, conciencia no obstruida o conciencia de la unidad o identidad suprema; que en la mayoría de los casos proviene de una experiencia única, pero no tan excéntrica como podría pensarse, producto de la meditación, de la contemplación en silencio, o simplemente de la confabulación de infinitos elementos mágicos y azarosos.

Ese momento en que el individuo llega a sentir más allá de cualquier sombra duda que fundamentalmente él, es uno con todo el universo, con todos los mundos, superiores o inferiores, sagrados o profanos, su sentimiento de identidad se expande y excede los estrechos confines de su mente y cuerpo, hasta abarcar la totalidad del cosmos.

Esta conciencia sin límites, esta experiencia de conciencia avanzada está en el núcleo central de la mayoría de las tradiciones espirituales.Y hasta donde yo entiendo esta modalidad de percepción de unidad constituye la naturaleza y condición de todos los seres sensibles.

Pero paulatinamente nos hemos ido oscureciendo, limitando nuestro mundo y apartándonos de nuestra verdadera naturaleza al establecer fronteras que nos impiden ver la totalidad.

Cuando nos preguntan quiénes somos, en general contestamos describiendo nuestro ser tal cual hemos llegado a conocerlo (lo que se conoce como ego), decimos soy abogado, gerente, director de empresa, ex director, entre otros.
Para describirnos, -y en lo que reseño a continuación sigo a Ken Wilber (La conciencia sin fronteras)- debemos trazar un límite:

lo que queda dentro: es nosotros.
lo que queda afuera: no es nosotros.

El mecanismo muchas veces inconsciente sería el siguiente: cuando digo soy persona, a la vez estoy diciendo: no soy una silla. O de otra forma, nuestra identidad depende totalmente del lugar por donde tracemos la línea limítrofe.
Preguntar quién eres significa decir: dónde trazas la frontera.

Pero esta línea puede cambiarse y podemos decir que cuando una persona tiene una experiencia de totalidad, la línea se amplía o definitivamente desaparece pues no hay bordes, no hay dentro ni fuera desde donde trazarla.
¿Pero cuál es el problema de trazar una línea para definir mi identidad

• Cuando un individuo dibuja los límites de su alma, establece al mismo tiempo las batallas de su alma,
• Todo lo que no soy, es un extraño, un enemigo como decía Freud.
• Toda línea fronteriza es una línea de batalla porque todo límite como lo sabemos debe defenderse, solo basta ver esto en los conflictos con nuestros países vecinos.

Entonces establecemos límites y oscurecemos nuestra posibilidad de acercarnos a la conciencia de unidad.
¿Pero todo lo anteriormente dicho, cómo se relaciona con el medio ambiente? De una manera muy simple: Este entendimiento o conciencia no dual, esta experiencia sistémica: es la naturaleza.

Las ciencias ecológicas demuestran que en la naturaleza no hay arriba ni abajo, jerarquías, sino que los seres estamos organizados en redes dentro de redes. Esta mirada donde todo se relacionada, da cuenta de la total interconexión entre los ecosistemas, y es acá, en este punto en donde la ecología se funde con la espiritualidad, pues la experiencia de estar conectado con toda la naturaleza y de pertenecer al universo, es la esencia misma de la espiritualidad.

Entonces empecemos a acercar espiritualidad y medio ambiente:
• La conciencia dual nos impide ver que todo está interrelacionado con todo y por ello nos cuesta ver que lo que le hacemos al Amazonas se lo hacemos al mundo, porque todos perdemos servicios ecosistémicos.
• Esta falta de conocimiento impidió ver que la emisión de gases efecto invernadero durante la revolución industrial iba afectar siglos después a los países más pobres, porque los gases se acumularon y ya no hay nada que hacer con ello, sino que adaptarnos lo mejor posible a los cambios que están ocurriendo.
• Esta falta de comprensión nos impide entender el concepto de ciclo de vida de los productos:con un pensamiento lineal, la empresa crea productos y genera residuos pero se olvida que al estar todo interconectado, hay ciclos y esos residuos llegan al suelo al aire al agua y luego vuelven a nosotros.
• Pero hay algo mucho más relevante aún esa conciencia dual u oscurecida nos impide ver que nuestros pensamientos influyen en la realidad y nos impide aprovechar ese potencial.

Para nosotros este es un punto crucial: si nosotros somos el mundo, si nosotros somos la conciencia universal, si no hay nada afuera de nosotros, si no hay afuera ni adentro, sino un proceso continuo, todo lo que pensamos ocurre, porque nuestras mentes son la realidad.

Una metáfora a ello es la célebre frase del poeta Vicente Huidobro, tomada de un sabio aimara: “Poeta no cantes a la rosa, hazla florecer en el poema”.

Por tanto nuestros pensamientos crean la realidad… cuantos de nosotros no hemos tenido alguna vez un sueño lúcido y nos hemos dado cuenta que en ese nivel de conciencia todo podría ocurrir… Y si todos nos juntamos a pensar en un mundo mejor, ello ocurrirá, porque somos el mundo mejor, una iniciativa vinculada a ello es el Festival de la Luz que se celebra en India para ayudar a iluminar la oscuridad que nos invade.

Existen innumerables ejemplos de cómo el pensamiento influye sobre la realidad. Recordemos los trabajos de Emoto frente a las distintas formas que adquieren los cristales de gotas de agua frente a los pensamientos y emociones. Él fotografió esos cambios en los cristales.

El poder del pensamiento y las emociones han sido probadas también en la experiencia de la agricultura yoga orgánica que mezclando la agricultura orgánica y la meditación raja yoga se ha mejorado la calidad de los cultivos.
Los seres humanos, como dice la organización Brahma Kumaris, somos una parte clave del ecosistema mundial y todo lo que hacemos y pensamos afecta a todas las demás partes del sistema.

Ya no podemos seguir hablando de mi país, mi región, pues las decisiones que tomamos como grupos humanos no solo afectan a los países que las toman sino que a todas y a cada parte de nuestro ecosistema global vivo. Debemos aprovechar el hecho que los pensamientos y las intenciones afectan la materia y por tanto las comunidades y los gobiernos en todos los niveles debieran aprovechar las capacidades de las mentes y los corazones humanos con el fin de lograr un cambio positivo.

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